Picor de ojos y lagrimeo, congestión nasal, tos… la alergia primaveral también afecta a las mujeres embarazadas.
Los expertos indican que un tercio de las mujeres alérgicas mejoran durante la gestación, otro tercio empeoran y el tercio restante permanecen igual, sin que se conozcan las razones exactas de estas reacciones.
Lo mejor que puedes hacer si eres alérgica es comunicar tu estado al ginecólogo y al alergólogo, para que la enfermedad esté bien controlada. Los especialistas afirman que si la alergia y el asma están bien atendidos durante todo el embarazo, no existe un incremento del riesgo de complicaciones para la futura mamá ni para el bebé que espera.
¿AUTOMEDICACIÓN? NO, GRACIAS
Aunque las anteriores primaveras hayas controlado tu alergia con los mismos medicamentos, no los utilices ahora por tu cuenta. No todos los antihistamínicos pueden tomarse en esta etapa y será el médico quien te recete los más seguros. La mayoría de los fármacos inhalados pueden seguir utilizándose en el embarazo, pero muchos antihistamínicos en pastillas no están recomendados y será el especialista quien lo sustituya por otro más seguro y te lo recete.
Para mejorar el malestar provocado por tu alergia, toma nota:
- Evita en lo posible el contacto con los alergenos (gramíneas, pelo de gato, polvo…).
- No salgas o ventiles las habitaciones a primera hora de la mañana o a última de la tarde.
- Bebe muchos líquidos a lo largo de todo el día.
- Hazte lavados nasales con suero fisiológico cuando lo precises para aliviar la rinitis, que puede ser muy molesta.
Y si tu mayor inquietud es saber si la alergia va a perjudicar en alguna medida al bebé que está por venir, relájate relajarte y estate tranquila, ya que siguiendo todas estas medidas tu alergia no tiene por qué suponer ningún riesgo para su desarrollo.